A diferencia de la lluvia o la nieve, que solemos percibir como un riesgo inmediato, el viento fuerte es traicionero porque aparece de golpe y cambia la estabilidad del coche sin previo aviso. Saber cómo conducir con viento fuerte, además de la experiencia, también es cuestión de aplicar una serie de recomendaciones que nos ayudan mucho a mantenernos seguros en el trayecto. Y aunque no siempre podamos evitar el viento, sí está en nuestra mano prepararnos para afrontarlo con calma y seguridad.
12 consejos para conducir con viento fuerte
Los efectos del viento sobre un vehículo dependen de su intensidad, dirección, del peso del coche e incluso de la carga que lleve. No es lo mismo llevar un utilitario pequeño que una furgoneta con remolque. Por eso, cuanto más vulnerable sea tu vehículo, más importante es extremar la precaución. Te dejamos aquí nuestras 12 recomendaciones.
1. Baja la velocidad
A menor velocidad, más control sobre el vehículo. Reducir la marcha te da más tiempo de reacción y evita que una ráfaga lateral desplace el coche bruscamente. No hay un número exacto válido para todos los casos, pero si normalmente circulas a 120 km/h en autovía, lo normal es que bajes a 90 o incluso menos, dependiendo de la fuerza del viento. Para ayudarte con esto, quizá te interese nuestra calculadora de combustible, así también sabrás si necesitas parar a repostar o no.
2. Sujétate firmemente al volante
Con el viento en contra las ráfagas pueden perfectamente mover el coche, por lo que la clave está en mantener un agarre firme al volante con ambas manos, nunca con una sola. Para conducir con viento fuerte, no tenses los brazos en exceso, simplemente ten un control constante y flexible que te permita corregir la trayectoria en cuanto notes que te estás desviando.
3. Conduce justo por el centro del carril
Con el viento lateral, bajo ningún concepto te pegues demasiado a uno de los lados de la calzada. Lo mejor es mantenerte centrado en tu carril, porque así tendrás margen de corrección tanto a la izquierda como a la derecha si una ráfaga te desplaza. Por supuesto, esto es especialmente importante en puentes, viaductos o zonas abiertas donde el viento pega con más fuerza.
4. Revisa neumáticos
Los neumáticos son la base de la estabilidad del vehículo. Si están desgastados o con la presión incorrecta, el riesgo de perder el control con viento fuerte aumenta. Por eso, antes de salir en un día de rachas intensas, conviene revisar la presión de los neumáticos (en frío) y asegurarse de que el dibujo tiene la profundidad adecuada. Quizá te interese: cómo comprobar la presión de los neumáticos.
5. No lleves el equipaje en el techo
El viento actúa con más fuerza sobre superficies grandes y altas, por lo que tu coche sería mucho más vulnerable a las ráfagas. Lo suyo es que evitemos cualquier equipaje en el techo cuando haya una previsión de viento fuerte. Si no te queda otra que conducir con viento fuerte, asegúrate de que todo esté bien sujeto y ten en cuenta que el coche se volverá más inestable.
6. Cuidado con cambios de dirección
El viento no siempre sopla de forma uniforme, puede que en un tramo tengas viento de frente y de repente, al girar en una curva, lo recibas de costado. Estos cambios son los más peligrosos porque pillan por sorpresa. Este es otro motivo por el cuál deberías bajar la velocidad, sobre todo, en curvas, salidas de túneles y tramos de montaña.
7. Intenta no adelantar
Adelantar con viento fuerte es bastante arriesgado porque te estás saliendo del centro del carril, además de estar aumentando tu velocidad y de salir de la protección que te da otro vehículo. Recibirás una ráfaga lateral de golpe, lo que te puede desestabilizar. Por lo tanto, siempre que sea posible, no adelantes y, si lo haces, con extrema precaución y espacio suficiente.
8. Efecto pantalla
El conocido efecto pantalla ocurre cuando circulas junto a un camión o autobús. Durante unos segundos, el vehículo grande bloquea el viento y parece que todo está bajo control. Pero al terminar el adelantamiento, la ráfaga te golpea de lleno y el coche se puede desviar. Sujeta bien el volante y mantén la trayectoria recta sal salir del rebufo del camión.
9. Si llevas remolques cuidado
Los remolques, caravanas o furgonetas de gran tamaño son mucho más sensibles al viento. Al tener más superficie lateral, cualquier ráfaga puede desplazarlos de manera brusca.
Si conduces con este tipo de vehículos, reduce la velocidad aún más y no adelantes bajo ningún concepto. También es verdad que en muchos casos, lo más seguro es esperar a que las condiciones mejoren antes de circular.
10. Atención a las señales de tráfico
En carreteras expuestas al viento, sobre todo en zonas de montaña y autopistas, encontrarás señales específicas de peligro por viento lateral. NO están de adorno, son un aviso de que en ese tramo el viento suele soplar con fuerza. Si la ves, concéntrate y prepara las manos en el volante, mejor prevenir que curar.
11. Una buena distancia de seguridad
Esto es algo que ya deberíamos hacer de normal, pero si vas a conducir con viento fuerte, esto es aún más importante. Si el vehículo que va delante se desvía por una ráfaga, tendrás margen para reaccionar y frenar con mucho menos riesgo.
Lo que te aconsejamos es que aumentes la distancia de seguridad respecto a lo habitual, sobre todo en vías rápidas.
12. Las ventanas siempre cerradas
Conducir con las ventanillas abiertas cuando hay viento fuerte multiplica la inestabilidad del coche. Además, aumenta el ruido, lo que puede desconcentrarte. Por lo tanto mantén las ventanas cerradas para evitar que el aire entre de golpe y afecte a la aerodinámica del vehículo.
¿Qué velocidad de viento es peligrosa para conducir?
A partir de 50 km/h de viento lateral ya se empiezan a notar desplazamientos en el vehículo y, con rachas de 70-80 km/h, la conducción ya se vuelve peligrosa, sobre todo para coches ligeros o altos.
A partir de 100 km/h de viento, hasta los vehículos pesados pueden perder estabilidad por lo que ya es recomendable evitar conducir si no es estrictamente necesario. Además, la sensación de peligro aumenta cuanto mayor es la velocidad a la que circula el coche. Una ráfaga de 70 km/h se percibe mucho más si conduces a 120 km/h que si lo haces a 80 km/h.
¿Qué tipo de viento se considera el más peligroso para conducir?
A la hora de conducir con viento fuerte, el más complicado es el viento lateral. A diferencia del viento de frente o de cola, que pueden modificar la resistencia del coche pero no su trayectoria, el viento lateral empuja al vehículo hacia un lado, algo que puede ser bastante peligroso, sobre todo en:
- Puentes y viaductos, donde no suele haber obstáculos que lo frenen.
- Zonas abiertas de campo o montaña al salir de curvas o túneles.
- Adelantamientos.
Conducir con viento en contra requiere concentración, paciencia y aplicar una serie de técnicas que minimizan los riesgos. Reducir la velocidad, sujetar firmemente el volante, mantener el coche centrado en el carril y aumentar la distancia de seguridad son medidas básicas que pueden salvarte de un susto. En la misma línea, quizá también te interese este artículo sobre cómo conducir con nieve. ¡Hasta la próxima!